La botella de vino, ¿realidad o mito?
En esta entrada vamos a hablar un poco sobre la importancia la botella en el vino.
¿La botella de vino es importante? Bueno, yo creo que es mejor que ir a comprar vino haciendo un cuenco con las dos manos… Al menos en principio diremos que es útil. Más allá de las chorradas varias, la botella cumple con distintas funciones en la conservación, tanto en el aspecto físico como en el químico.
No es el único recipiente que existe para la comercialización de vino. Garrafas, tetra briks y bag-in-box son otros formatos en los que podemos encontrar vino a la venta. Es la botella, sin embargo, el recipiente más extendido y también es el más clásico. Un día de estos daremos nuestra opinión sobre este asunto.
La botella de vino ejerce un verdadero poder sobre el vino que contiene. No es un recipiente cualquiera, sino que modifica mediante una fuerza cambiante el vino, transformándolo y afinándolo con el tiempo –a veces durante mucho tiempo, si el vino se presta a ello-, y conservándolo y protegiéndolo hasta el momento clave: el de beberlo.
Y es que, tras el embotellado, el vino se encuentra en un ambiente nuevo para él, uno caracterizado por la escasez de oxígeno, un ambiente llamado “reductor”. Y esto es bueno, ya que precisamente sería el contacto del vino con el oxígeno lo que lo echarse a perder en no mucho tiempo.
Bonus info: De hecho, ¿ves ese hueco que queda entre el vino y el corcho antes de abrir la botella de vino? Antes de poner el corcho se aseguran de que este aire sea sustituido por un gas inerte –que no reaccione con el vino- como puede ser nitrógeno.
Es en este ambiente reductor en el que el vino tinto va a ver su astringencia reducida, haciéndose más amable sus taninos al paladar. También van a reaccionar sus antocianos con los taninos, creando enlaces más estables; antocianos con ácido tartárico, precipitando con el tiempo y dando lugar a los llamados “posos”, lo que se traduce en cambios tanto en el color, tanto en la tonalidad como en la intensidad; y los aromas evolucionarán a lo que llamamos “aromas terciarios”.
El color de la Botella de vino
Por otro lado, la botella, como contenedor, es bastante apañada. Su color cumple una función protectora muy importante. Cuanto mayor sea la pigmentación del vidrio, mayor protección ofrecerá frente a la luz. Y es que preservar el vino de la luz es clave en su conservación. Botellas de color verde, ámbar o negras son especialmente apropiadas para dejar el vino en la cava a envejecer hasta el momento de su consumo.
Los vinos jóvenes blancos y rosados, cuyo consumo se recomienda en los primeros 1 o 2 años desde el embotellado, se embotellan en botellas de vidrio transparente. De esa forma se da más protagonismo a los colores brillantes y vivos que caracterizan a estos vinos. Sin embargo, los vinos tintos, ya estén pensados para ser consumidos como jóvenes o para su guarda, rara vez se van a embotellar en vidrio transparente.
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