Termostato y sensores de temperatura: Controlan y regulan la temperatura en diferentes etapas del proceso de vinificación, ya que una temperatura estable es crucial para la fermentación y el envejecimiento. Estos sensores permiten ajustar el calor en tanques y barricas para evitar fluctuaciones que podrían afectar la calidad del vino, manteniendo así un ambiente óptimo que favorece el desarrollo de aromas y sabores adecuados.
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