Ácido Málico: Este ácido está presente en las uvas y es conocido por aportar una acidez intensa y fresca, similar a la que encontramos en las manzanas verdes. Durante la fermentación maloláctica, se convierte en ácido láctico, suavizando la acidez en el vino. Los vinos sin esta fermentación suelen tener una acidez más marcada.
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